viernes, 25 de octubre de 2013

Leave some morphine at my door


 
Muchos libros he comenzado a escribir, con diferente cubierta, trama y letra. Solo compartían una cosa: la escritora. He vaciado y llenado tantas veces mi futuro que a día de hoy me parece no existir. He vivido aquí, he vivido a 600km y a 2000, he viajado a mil lugares en coche, moto y en avión. He despertado todos los días al lado de alguien nuevo y he caminado de la mano de la ilusión por ciudad, playa, montaña y campo. He besado la pasión más veces que ninguno de ustedes, e incluso he desayunado pedacitos de indiferencia. Puedo decir con seguridad que he sido feliz por lo menos una vez en cada uno de todos aquellos escenarios, y que he dado mi cuerpo y mi alma cada vez que el telón subía, aunque mi público no siempre lo apreció. Una vez más, una bocanada de aire frío se lleva mis escrituras y mi pluma, derramando la tinta en racimos de gotas saladas, esparcidas a capricho por el suelo que ahora mismo estoy pisando. Nunca creí en el destino, pero quizás todo indique que no sirvo para escribir.



Texto: 
Irgala Miserere

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